Jardín de Hama-Rikyu, Ginza, Palacio Imperial y Godzilla.

Al salir de la lonja, y luego de ver tanto pescado, a Rafa le dan ganas de ver el mar. Por ello decidimos visitar el Parque/jardín Hama – Rikyu, el cual está como a 500 metros de la Lonja. La entrada nos cuesta 300 yenes por persona.

(poner entrada pag 108)

Aun cuando está ubicado frente a modernos rascacielos, es un auténtico parque japonés antiguo, con árboles de más de 300 años. Este parque y sus instalaciones fueron construidos hace siglos para le descanso de la familia imperial, pero desde 1945 pertenece al gobierno japonés.

Son característicos de este lugar su largo puente de madera y una casa para tomar el té encima del lago. Los cerezos están a punto de florecer, creo que les debe faltar una semana. Como ya llevamos bastante marcha en el cuerpo, decidimos sentarnos en un banco, descansar y tomar el sol. Hoy hace un día precioso, casi casi hace calor.

Seguimos paseando y llegamos a una parte del parque donde hay un prado de flores amarillas y árboles bonsái a los lados. El parque es una maravilla. Caminando por el parque llegamos a la bahía de Tokio desde donde se ven otro montón de rascacielos.

(poner mapa del parque pag 111)

Damos por acabada la visita y nos vamos hacia el barrio de Ginza, el barrio pijo de Tokio donde hay grandes avenidas ylas clásicas «tiendas de marca» o muy refinadas:  Tiffany (Noemí insiste en que Andrés pregunte cuanto cuesta la joya más barata….), Montblanc, Lladró, Rolex, Ladurée, etc.

Como es sábado, al mediodía cortan la circulación de la avenida y queda como zona peatonal. Como aquí no se descuida nada, hay personal municipal poniendo bancos al medio de la calle….

Salimos de esta zona y nos vamos a comer cerca de una estación JR. Hoy también ha sido una comida buena, nos cuesta 2460 yens. Debo destacar que si no encuentran un buen sitio para comer, se acerquen a la estación de JR más cercana: alrededor de ellas «crecen» áreas con restaurantes, la mayoría con una gran relación precio/calidad..

Una vez almorzados, vamos al Parque de Hibiya, donde reposaremos por un rato. Tengo delante dos gatos a cual más tranquilo, duermen pacíficamente (pronto nos uniremos a ellos, aunque sea por media horita). El parque no es tan grande como el otro pero también es bonito, tiene un pequeño lago, grandes árboles pero se oye un poco el ruido de los coches.

Como son un par de freakis, Noemi y Andrés están buscando (y finalmente encuentran) la estatua dedicada al anti-héroe japonés por excelencia: Godzilla, cuyo «mini monumento» está muy cerca del parque (como no daban con la dirección, le preguntaron al personal que estaba en la entrada del parque, quienes señalaron con precisión como llegar)

Salimos del parque y nos vamos al palacio Imperial del Emperador Hirojito. Por el camino vemos un gran foso en el que hay un par de cisnes, patos y carpas enormes. En realidad del palacio Imperial sólo se ven los jardines porque hasta él no se puede llegar; se ve de lejos, justo para hacer una foto y ya. Justo aquí nos sentamos y miramos la ciudad de grandes rascacielos. La gente que pasea lleva paraguas para el sol. Los turistas son prácticamente todos japoneses, sólo vemos a un grupo que parece de rusos. No hay demasiados europeos en esta época del año.

Acabamos de ver a una pareja que van vestidos con la misma camiseta y a una chica que se le ven las bragas, claro, con esas minis tan cortas! Estar aquí es como estar viendo una película, en un primer plano la gente, en segundo un bosque de bonsáis y por último los grandes edificios.

Ha sido otro día estupendo, todo lo que hemos visto me ha gustado. Ahora estoy cansada y me da pena irme al hotel pero llevamos 11 horas dando vueltas y estamos cansados.

Después de darme una ducha me bajo a la cafetería del hotel y Rafa y Rut se quedan en la habitación. En el bar, para pedir un zumo, le he tenido que dibujar al camarero el bote con la pajita, pero no me ha entendido y me ha dado solo una paja. Le he tenido que señalar el bote para que finalmente me diera el zumo. Me ha costado 300 yens. Lo tengo que pagar por adelantado y encima era de bote…..

La Noemi me ha venido a buscar y nos hemos ido a ver una librería de libros viejos que está en nuestro barrio, Hatagaya. Me he comprado un par por 250 yens. Volviendo encontramos una tienda, como un todo a 100 y lo primero que vemos y compramos es unos palillos de la Hello Kitty. Cuando subo a la habitación Rut me explica una anécdota: Cuando fue a poner la lavadora se encontró con un chico y empezaron a hablar en inglés (Rut como podía, claro) hasta que se dieron cuenta al final que ambos eran españoles…Muy típico!

Noemi y Andrés se han ido a Shinyuku y a su barrio Rojo. Estuvieron en un centro de juegos donde se hicieron unas divertidas fotos usando un Purikura (algo así como el fotomatón japonés; por tanto, muy tecnológico y lleno de colores). Luego jugaron en las típicas  máquinas para sacar peluches. Con la inestimable ayuda del personal (quienes abrieron la maquina un sinfín de veces para dejar los peluches al borde del abismo…vamos, que se caían con el viento…) consiguió ¡¡¡6 Miffys!!. una gran noche!!

(poner foto miffys)

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